Cifosis de Scheuermann y Osteopatía

Cifosis de SCHEUERMANNCuando menos te lo esperas llega una excelente noticia. Y ésta es de peso.En un entrada anterior detallaba los casos en los que la osteopatía es eficaz. Y aquí va uno de ellos.En junio de 2014, un paciente mío, contento con los resultados de su tratamiento me explicó que una de sus hijas de 12 años padecía, como él, de Cifosis de SCHEUERMANN. Su pregunta fue clara:- “¿Tú, con la osteopatía, podrías hacer algo? Es que, cada vez tiene la espalda más encorvada y los hombros hacia delante. Y si no mejora con la rehabilitación, el siguiente paso es el corsé.”Por la edad de Alba pensé: si podemos hacer algo es ahora o nunca.- Yo: “Ven con ella en tu próxima cita. Sin verla no lo sé. Ten por seguro que si no es de mi competencia te lo diré.”Las sesiones con ella no consisten sólo en soltar la musculatura y ajustar su espalada. También “le lavo el cerebro” como dice su madre. La invito a que aproveche al máximo el “subidón” de energía después de la sesión para hacer los ejercicios de rehabilitación que le manda el fisioterapeuta. Insisto siempre en que puedo ayudarla. A cambio, ella tiene que poner de su parte y hacer los ejercicios para reforzar su espalda y rectificar sistemáticamente su postura. Su salud cuando sea mayor depende de su actitud ahora.Ayer me llegó este mensaje de su madre:-La Madre: “¡Maga! ¡Tengo buenas noticias! Te paso una copia de la conversación que he tenido con la traumatóloga de Alba.” (Con radiografías incluidas)-Traumatóloga: “La mejoría es evidente: la radiografía de la derecha es la actual. Y en la de frente también se mantiene.”-La Madre: “¡Qué alegría! ¡No sé quién se va a poner más contento si el papá, ella o la osteópata!”-Traumatóloga: “Lo que significa es que sabe rectificarse y la cifosis es reductible. Lo importante es que automatice la postura. ¡Importante mejora! ¡Enhorabuena!”Se me saltaron lágrimas de profunda alegría. Entre todos, padres, traumatóloga (muy cercana e implicada como lo demuestra la conversación), el fisioterapeuta, yo, y sobre todo el cambio de actitud y la buena voluntad de Alba nadie se plantea ya el corsé para esta guapísima adolescente.Recuerdo el niño que, en un cuento, volvía a tirar una por una las estrellas de mar que las olas dejaban en la orilla, cuando uno le dijo: “Es un esfuerzo en vano, cada minuto el mar deja miles de ellas en todas partes”. El niño contestó: “Para ésta sí vale la pena.” Así me siento hoy.Cifosis de Scheuermann

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