Terapias: Salud vs Enfermedad
Llevo tiempo contando las virtudes de las terapias que aplico en mi consulta. Y he ilustrado a través de casos concretos, que suele haber una mejoría casi milagrosa con las dos primeras sesiones. Quiero aclarar que el tratamiento (osteopatía, quiromasaje, Terapia Cráneo- sacral) que ofrezco es una terapia, que si bien alivia rápidamente el dolor tiene la finalidad de erradicar el malestar definitivamente. Dentro de la terapia busco restablecer el estado de salud en la persona, yendo a la causa responsable de los síntomas y molestias.¿Pero, qué entendemos con Salud y Enfermedad los terapeutas?La salud puede ser definida como el perfecto bienestar físico, afectivo, mental y social. Dicho de otro modo, el hombre sano debe sentirse bien en su cuerpo, en armonía con su mente y con la sociedad en la que vive. El actual modo de vida, sin embargo, hace casi inaccesible ese equilibrio para el individuo.De vez en cuando nuestro cuerpo avisa que se siente mal con pequeñas señales que acallamos rápidamente tomando una pastilla hasta que un día el dolor no se va y es lo que define la enfermedad: ausencia de salud.Una enfermedad puede curarse espontáneamente o evolucionar instalándose, incluso, brutalmente.A una enfermedad aguda, tratamiento corto; a una enfermedad crónica, tratamiento prolongado.La enfermedad evoluciona por estadios, por fases evolutivas, y su curación se efectúa en sentido inverso.Cuando se emprende un tratamiento natural destinado a restaurar el bienestar total, la desaparición de los síntomas se efectúa progresivamente.Un error muy frecuente es creer que la desaparición del dolor significa curación.Así, mucha gente se detiene en el primer estadio, en la mejoría. En estos casos, el riesgo de una recaída es muy grande, especialmente para aquellos que han sufrido torsiones, lumbalgias repetitivas, infecciones o desarreglos nerviosos y hormonales.En la consulta, personalmente, recomiendo que sigan el tratamiento hasta llegar a un estado equilibrado de salud. Con los años he aprendido que este aspecto de la terapia es la que más desconcierta al paciente, tan acostumbrado a contentarse con ciertos arreglos sin emprender nunca un tratamiento de fondo.Ponerse bien de verdad, es a veces un largo ejercicio de paciencia. Para ello, hay que subir uno a uno los escalones que se han bajado para llegar hasta la enfermedad, detenerse para recomenzar, detenerse nuevamente hasta que el propio organismo se haya “reseteado” por completo por sí mismo.Las terapias y los terapeutas no curan nunca; pero sí ayudan al cuerpo a curarse por sí mismo, siempre y cuando se les permita realizar su labor.